Ahora escucho una radio que se llama FM Urquiza (91.7), que pasa Jazz de los años 30.
Si es otoño y doblás es una esquina mientras suena esa radio, es como estar adentro de una película de Woody Allen.
Es más, creo que es la radio que escucharía Woody Allen si hubiese nacido en Villa Urquiza. Pero no, para su desgracia nació en Nueva York.
Es más, creo que es la radio que escucharía Woody Allen si hubiese nacido en Villa Urquiza. Pero no, para su desgracia nació en Nueva York.
Si es de noche, juego a que los golpes del bajo coincidan con algún cartel luminoso que prende y apaga. O con el semáforo que cambia. Para esta actividad, recomiendo el cartel de la farmacia que hay en General Paz y Constituyentes.
Y hay un viejo que hace comentarios y tiene unos problemas de dicción terribles, pero yo creo que es el dueño de los discos así que le tengo bastante respeto.
Si es muy tarde, de los parlantes de esa radio sale un poco de olor a vodka, lo juro. Yo creo que es una conjunción de cosas: una relación justa entre los sonidos y los silencios, alguna cadencia puntual o la irrupción de un clarinete que, aunque no quiera, el oyente acompaña levantando el dedo índice.
Como en un cuento que leí donde un saxofonista afirma que su vida va delante de él 15 minutos, y en eso se explica casi lo que es su forma de tocar.
Una vez, alteré mi recorrido en auto para no perder la señal en una canción que me gustaba. Es así: si seguís por General Paz para el lado de Cabildo, pasando Constituyentes, es mejor bajar en Balbín y seguir hasta doblar a la izquierda en Congreso. Por ese camino se escucha perfecto.
En estos meses me hice un mapa mental bastante impecable de los límites de esta señal tan frágil:
Hasta Rivadavia, todo por General Paz y más allá de Libertador ya no. Para el otro lado, se escucha en casi toda la capital. Y pasando Panamericana para el lado de San ISidro se escucha hasta el Unicenter y ahí se vuelve de cumbia. Ese es un momento bastante violento (se aconseja cambiar de radio antes). Una vez la escuché bien por Barracas, pero quizá fue el viento o los planetas.
Yo compro vinilos pero no tengo tocadiscos y esta radio es casi como tener uno. La tuve grabada en la memoria número cinco, y después la pasé a la cuatro. Ahora le sopla en la nuca a la Mega.
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