15 de septiembre de 2009

EL INICIADOR DE APLAUSOS

Me cuenta que tiene una habilidad especial para iniciar aplausos generalizados.
Dice que cuando se trata de felicitar a un artista por ejemplo, la cuestión es no apurarse para aplaudir antes que los demás sino de contar con una la sensibilidad, un sexto sentido que te indica cuál es el momento preciso en el que el aplauso debe hacer su entrada.
"Si uno sólo apela a apurarse, es problable que alguna vez se quede aplaudiendo solo y eso a mí nunca me pasó", dice.
Agrega que el aplauso es parte de la obra y que es, hasta ahora, la única forma en que los espectadores intervienen directamente en la creación del artista, salvo las novelas de "elige tu propia aventura".
Cuenta que para hacerlo tiene que tener un oído muy especial, que hay aplausos para todo tipo de canción, que hay aplausos para teatro y para cine. Pero no tiene tanto tiempo: "Es largo de explicar", advierte.
Dice que una vez inició como tres aplausos generales en el Gran Rex y que años atrás, en un recital de León Gieco, hizo a la gente aplaudir 4 veces durante una misma canción, guiándose por el efecto que la letra tenía en el público.
Dice que por el sonido, es muy fácil de identificar si un aplauso es sincero, si trata de felicitar al artista, o si es irónico o si simplemente es un aplauso por compromiso, como en los programas de televisión.
Dice más cosas: que todavía le quedan muchos aplausos por iniciar, que es capaz de enamorarse de una mujer por su manera de aplaudir y que ya tiene escrito el libro de la historia de los aplausos, que no lo publica porque aún no se le ocurrió un buen título.
Tiene una memoria privilegiada, puede recordar el sonido del aplauso de 10 mil personas en el Luna Park en 1975 y el que sonó en el último recital del Potro Rodrigo, luego, compararlos en el recuerdo.
Y concluye: "El aplauso no es golpear las palmas. Cuando vos llamás así en una casa porque no le funciona el timbre, no es aplaudir. La evolución del palmeteo en señal de aprobación o de entusiasmo está en los principios de su evolución. Sólo hace falta abrir los oídos.
Eso, y tener manos un poco grandes".

7 comentarios:

FIESTA! dijo...

CLAP!CLAP!CLAP!CLAP!CLAP!CLAP!

Princesa Turquesa dijo...

Tengo los oídos siempre abiertos y las manos bastante grandes, así que cualquier cosa, avisame...!

Marina Agra dijo...

Miren quién volvió. Un aplauso para el triatop de estrellas!

Shalena Mitcher dijo...

es genial. estoy totalmente de acuerdo con el iniciador. He conocido casos de mal aplauso (el aplauso que arranca mal y solo; el que se queda exagerando; el que aplaude bajito), y da vergüenza ajena, eh.

qué dice del aplauso de pie?

chica pastiche dijo...

Me encanta iniciar aplausos. Es mi hobby.
Y como ya me conocen, mis amigos esperan mi aplauso para arrancar el de ellos.
Cuando funciona, cuando las masas te siguen, es mágico!
Ahora... me ha pasado de quedar como la más boluda, aplaudiendo sola (gajes del oficio que le llaman).

Un saludo uruguayo,
nos leemos!

PABLO U dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
PABLO U dijo...

Le pregunté a mi amigo sobre el aplauso de pie y me dijo lo siguiente: "Yo lo recomiendo sólo en caso de que el aplaudido sea un escritor muy viejo o alguien que todos sepan que se está por morir en lo inmediato".

Ah, y te mandó saludos.