22 de mayo de 2008

RUIDO DE BOCINAS


En uno de mis tantos embotellamientos viniendo en dirección sur a norte por la autopista, noté una vez que las bocinas de los autos están todas afinadas en tonos diferentes.

Charly García, que tiene oído absoluto, decía que la mayoría estaba en Si bemol. Yo no tengo oído absoluto, pero creo que si las marcas se pusieran de acuerdo y afinaran por ejemplo, Ford en DO, Fiat en Mi, Renault en Sol y Chevrolet en Si bemol, cuando estuviésemos atrapados en algún peaje, sonaría el acorde de Do séptima y andaríamos todos menos nerviosos.

Es cierto también que la gente no aguanta ni 30 segundos esperando en un peaje y cuando hay elecciones vota a los dueños del peaje.

En un momento, cuando tuve la suerte de que mi columna avanzara doscientos o trescientos metros, pasé por abajo del cartel que decía “Gracias por elegirnos”, como si uno eligiera las autopistas por donde va y todos nos hubiésemos metido en ese infierno porque queríamos.

De vuelta me acordé de la película “Un día de furia” y me dan ganas de hacer como Michael Douglas, que deja el auto en el medio del tránsito y se va. Y después destroza un Mc Donald's porque la hamburguesa no es tan grande como dice en la foto. Todavía no soy tan loco ni tan valiente.

Mirando el cuenta kilómentros, vi cómo la pancita de abajo del “8” nunca terminaba de desaparecer y de dejarle paso al nueve, que asomaba la patita por arriba. Seguramente en el tiempo de mi vida que perdí en embotellamientos podría haber completado una carrera universitaria (pero no cualquier carrera, una jodida).



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que te voy a decir, no se si es bueno o malo, pero le decía a tu viejo un día "Chiche Gelblung no es mal periodista, es mediocre, amarillista, pero hace notas de cualquier cosa, llena espacio con cosas que nadie analiza, ni comenta" en vos, mal que te pese, encuentro una capacidad similar, analizas la vida cotidiana, con una muy buena retórica y un sentido del humor cuasi tragicómico.
Una vez mas, Felicitaciones.
Iván.

Inés Lerda dijo...

Y por algo ahora estás estudiando cine, calculo que no es cualquier carrera, es una bien jodida, ¿no?

Anónimo dijo...

Ahora que vivo en el interior, me doy cuenta de que tardo más en arrancar en el semáforo, a veces a propósito, y nadie me toca bocina. Siento una rara necesidad de gritarles: ¿Acaso están muertos ? ¿No tienen sangre en las venas?
¿De donde sacan tanta pachorra?
Me contengo. Pobres. Ellos no tienen la culpa de que añore los embotellamientos y las bocinas.
Si, ya sé, estoy buscando analista.
Besos
Tu madre
pd: gracias chicas en cualquier momento me armo el blog y paso recetas como quiere evangelina

Ariadna dijo...

A mí me hace acordar a "la autopista del sur", uno de los mejores cuentos que leí. Por qué los embotellamientos no tienen tanta onda como ese, no sé.

EVANGELINA dijo...

Hace solo unos meses que aprendí a conducir y tengo una visión diferente de los embotellamientos. Jamás hubiese ideado una teoría semejante a la expuesta en este blog ( muy ingeniosa por cierto); en lo único que pienso es en que no me esten puteando a mí o que los bocinazos no sean dirigidos al humillante papel de "Principiante" que me obligan a tener durante 6 meses, o bien a que no se me pare el maldito auto cuando se forman interminables filas en un cruce de ferrocarril. Es más pensé en pegar otro cartelito que diga " POR FAVOR INSULTAR SOLO CUANDO SEA NECESARIO".
Por suerte parece que tengo talento, solamente resta sacar la Carola Casini que llevo adentro.

P.D Que la madre del creador de este blog me nombre en dos ocaciones es un gran halago. Su presencia nos indica la procedencia del gen talento.