15 de abril de 2008

INDIO


No sé si voy a poder explicar por qué alguien es capaz de hacer 1500 kilómetros con el único fin de ver a un tipo cantar. Pero voy a tratar: cinco personas salimos a las cinco de la mañana para viajar 750 kilómetros y escuchar al Indio Solari.
Lo más curioso que puedo contar del viaje es que en un momento comimos alfajores regionales y no estaban ricos. Y yo siempre recordaba que los alfajores de Córdoba me gustaban. Entonces pensé que para que los alfajores regionales funcionen, se los debe sacar de la región donde fueron hechos, es como un ingrediente más en la receta.
Y lo más raro de todo: Leandro, uno de los viajantes, necesitaba ir al baño y se llevó para leer un mapa (¿?)

Humor cordobés (I):
-¿Sabés qué hace un perro cordobés con un taladro?

- No sé, ¿qué hace?

- Tá laaadrando.

Lo increíble de la llegada a la ciudad de Jesús María fue ver por la calle al públic
o del recital, que duplicaba a la población del lugar. Eso explica por qué nos costó tanto conseguir camping, traté de colaborar con el armado de la carpa, ya que contaba con cierta experiencia, pero como no me daban bola me fui al auto a leer una revista.
Cuando quise volver, a tomarme revancha armando la otra carpa, les quise explicar en qué se habían equivocado y Mariano, mi amigo, me dijo algo muy duro: "Pablo, si no te hubieses ido al auto nunca hubiésemos podido armar la carpa".
Yo estaba cansado como si hubiese manejado las nueve horas y la verdad es que no había manejado ninguna. Igual dormí una hora antes del recital.

Humor cordobés (II):
- Y su nene, señora?

- Bien, hace dos meses que camina...

- Uy, ¿habrá llegao lejos no?

El sonido del recital estuvo muy bien, sobre todo porque estaba bien fuerte el bajo, y con un sonido grave, cosa que para mí es importante por una cuestión gremial.
Al indio se lo nota más viejo, ya no se puede mover mucho, y para poder cantar algunas canciones las tienen que tocar a un tempo más lento.
El mismo dijo cuando paró el recital tras la primera parte "Me nebulizo y vuelvo".
Tocaron 12 temas del nuevo disco, 3 del anterior, y 10 de los Redondos, los conté. La gente le pedía que se volvieran a juntar y no sé si para poner más énfasis en el reclamo, en un momento voló un zapatillazo y le pegó al Indio en el vientre. Paró de tocar el tema, puteó un poco y como castigo, no repitió la canción.

En definitiva, lo que me interesaba del viaje era producir anécdotas, poder contarlas y también recordar algún viaje de la adolescencia
para ver a los Redondos. No sé por qué habrán viajado los demás, supongo que cada uno tuvo su íntimo motivo, como en una peregrinación a Luján. Ahora estoy pensando si habré logrado alguna de estas cosas que fui a buscar.


4 comentarios:

Mariano Przybylski dijo...

Muy buena crónica. Yo doy fe que sabés armar carpas, quedate tranquilo. Por lo demás, pienso que para ir al baño no es importante el contenido. Cualquier cosa que sirva para leer o mirar es válida, incluido un mapa. Y en los chistes noto una notable influencia caparrosiana de la que no podemos salir ninguno de los que queremos escribir una crónica de viaje y leimos El Interior. Es un desafío (y me incluyo en él).

Inés Lerda dijo...

No leí El interior y si no hubiese sido por Mariano Prybylski, nunca me hubiera enterado de la influencia de Martín Caparrós en tu crónica. De todos modos, los chistes van muy bien.

Florencia K. dijo...

Pablete...querido. Debo admitir que tu cronica es interesante, pero sigo sin entender porque semejante viaje para ver a un pelado boton? (sera que no es de mi epoca...)
En fin...creo que cordoba ES un lugar de aventuras y cronicas insuperables. Donde hay perros que escupen viboras, y una rama inexplicablemente para todos resulta ser un aguila con un pez en la boca, donde coca cola no nos lleva nada mas y nada menos qeu a empantanarnos etc etc etc*etc...
Pablete escribite alguna anecdota de nuestro encuentro en cordoba(nuestro = Jony y Yo + Marian y Vos)
Saludos
Tu editora ;)

Anónimo dijo...

La verdad que leer la crónica me provoco envidia. Me hubiese gustado ir a ver al Indio, pero mi condición de desocupada no me lo permitió.
En lo que a campamentos respecta, recuerdo dos en mi corta vida. Uno cuando iba a 7º grado: la escuela nos llevo a unos campos de la zona donde había vaquitas ( que de noche te meaban la carpa) caballitos,ovejas y muchos bichitos molestos. Campamento que duró menos que un suspiro porque a las horas de instalarnos se largo una tormenta de aquellas, se inundaba todo; así que terminamos rescatados por el camión de un papá solidario.
El segundo; Verano 2006 (plena crisis papelera) . Partimos hacia el país vecino Uruguay, como ibamos a parar en la casa de un amigo pero tenía algunos problemas hogareños los primeros días nos instalamos en el camping re top de punta. Humildemente habíamos llevado carpa completa ( que la compraron mis viejos no se bien para que porque tenía como 15 años y estaba practicamente sim estrenar)y algunas cosas necesarias para un camping; sillitas minúsculas, cacerolas,vasos y platos de chapa,etc,etc. Pero al lado de las súper carpas devenidas en mansiones de lona y casas rodantes con tele e internet que había en ese lugar el nuestro fue bautizado el Campamento Krosty. Fueron 5 días de arena por doquier,toda la ropa con olor a humo, todo el cuello roto de dormir como enyesada y bañarme como a las 2 de la mañana para evitar el baño/peluquería lleno de minas hablando a los gritos. Sin dudas el camping no es lo mio.

Estoy de acuerdo que ratar de entender que lleva a miles de personas a movilizarse para ver un show es algo practicamente imposible...el corazón tiene razones que la propia razón nunca entederá.

El relato muy bueno, no así los chistes córdobeses, yo los pedecí en varios viajes y creo que empeoran tras cada generación.

A esta altura ya quiero conocer al famoso Mariano.

Muy fea la camisa del Indio.

Evangelina Anderson