28 de abril de 2008

IN MEMORIAM LITO



Voy a escribir algo triste: es que hace unas semanas Lito, el peluquero de mi barrio, dejó esta vida. El me cortó el pelo desde la primera vez que me creció y cuando supe la mala noticia
se me vinieron un puñado de recuerdos y una frase de Ardizzone: "A la muerte habría que matarla".
Al principio tenía la peluquería en su casa, y yo que era chiquito, en vez de dar la vuelta manzana me cruzaba por atrás, atravesando el patio de otro vecino. Una vez que estaba enojado, le dije a mi mamá que me llevara la ropa porque me iba a quedar a vivir ahí, gritando desde el otro lado del alambrado.
Después la mudó a otro local justo en la esquina, inaugurando un nicho comercial que dudo se vuelva a repetir: una peluquería con kiosco.
Mis amigos dicen que la peluquería se llamaba "La tijerita loca", no sé si era una joda, pero me lo juran. Muchas veces discutimos sobre si alguien puede poner un nombre que sea tan peligroso para los clientes ¿Una tijerita loca? ¿quién se va a cortar? ¿Alguien se operaría del apéndice en el hospital "El Bisturí enojado"? Además, no había ningún cartel que dijera cómo se llamaba. Ahora me doy cuenta de que ya no voy a saber si era cierto.

Cada vez que me iba (pero siempre) Lito me hacía dos chistes y yo me reía igual: "Con tanto pelo le podrías prestar un poco a tu abuelo". Y cuando con la hoja de afeitar pasaba cerca del lunar que tengo en la nuca me preguntaba: "¿Ché, vos, ese lunar, lo querías?.

Antes de irme y con el vuelto, me regalaba un par de caramelos. Era una sensación muy común para mí: caminar la cuadra de vuelta a mi casa masticando un caramelo y sintiendo el viento frío en la cabeza porque tenía menos pelo.
Voy a exagerar, pero últimamente ya no me cortaba con él y ahora no puedo dejar de verlo como una traición.
El mate que aparece en la foto no es casual, es para ahorrarme de decir que era uruguayo.

Ya pasaron varias semanas desde que Lito se fue y sin embargo, cada sábado aparece gente que no sabe, y que espera parada en la esquina que venga Lito y abra la peluquería.
Irremediablemente, yo me voy a acordar de él cada vez piense que tengo el pelo un poco largo.



13 comentarios:

EVANGELINA dijo...

Sí tuviera la oportunidad de hacerle una sola pregunta a la muerte sería ¿POR QUE?. Hace meses que intento encontrar una respuesta y solo pude comprender que no hay explicación lógica. Es así le toca al que le toca, aunque sea injusto. Y es verdad, habría que matarla.

p.d Muy buen relato.

Evangelina

Anónimo dijo...

“Aquel a quien los dioses aman, muere joven”
(Menandro, poeta griego)

No sé si será una gran frase, pero a mí por lo menos, me permite pensar que la muerte es menos injusta y algo menos caprichosa.

Marina.

Princesa Turquesa dijo...

Qué tristeza!...yo también añoro mi peluquería de la infancia (cuando era TAN rubia que nadie se atrevía a cuestionarlo); quedaba adentro de una galería, y en vez de sillones, tenía caballos de calesita o autitos, supongo que los autitos eran para los varones...Ahora lo único que hay donde me voy a cortar es 1 horda de homo/metro/retro?sexuales acusándome de tener el cabeyyyyo castigado: "no querés que te ponga una ampoyyyita"...? LOS DETESTO!!!

Florencia K. dijo...

Querido periodista, amigo mio.
Debo repetir lo que vengo diciendo en cada comentario:
no importa lo que escribas, tu escritura me cautiva.
Nada mas.
Mi pesame por Lito
Mis aplausos por tus palabras
Un beso y un abrazo

Inés Lerda dijo...

Tu texto me dejó un cóctel de sensaciones extrañas, por un lado me pareció de una belleza extrema pero por el otro me causó una profunda tristeza. Un poco como la vida misma, ¿no? Besos!

vero dijo...

La muerte es asi,creo,que el hombre es el unico ser en el mundo que se pregunta por el sentido de su existencia y el unico ser que muere y sabe que va morir,hecho que se detecta sobre todo en la muerte de los otros.La verdad es que siento mucho la muerte de tu peluquero.

Anónimo dijo...

Es que la muerte está tan segura de vencer que nos da toda la vida de ventaja.

Anónimo dijo...

Me gusta pensar en la idea de una ventaja, aunque sea traicionera.
Para quienes deseen una mirada no tan angustiante acerca de la muerte, les recomiendo la lectura de José Saramago, “Las Intermitencias de la Muerte”. Es un libro sobre el que se debe bucear sin demasiadas pretensiones, pero el cual les aseguro tiene reflexiones irónicas muy acertadas. Qué pasaría si la muerte se tomara vacaciones?
Saludos! Silvina.

Anónimo dijo...

Estimado Pablo:
Soy el mismisimo Stephen Van Rothelinsky y lo mas probable es que en tu vida hayas oido hablar de mi. tal vez me conozcas como Esteban, El amigo de Matias y es muy justo que sea asi. Con respecto a tu congoja te aseguro que se hizo extensiva a mi persona a partir del instante en que entre a tu blog y me informe de esta penosa perdida. En mi caso solo puedo hablar como cliente del kiosco, ya que para desgracia de los peluqueros locales y sobre todo, para desgracia de mi lamentable estetica, el pelo siempre me lo corte yo mismo haciendo uso de maquina, u ocasionalmente siendo asistido por alguna novia de turno. Solo tengo alabanzas para describir la calidez y el humor con el que Lito atendia a la gente, aunque fuera uno, a hincharle la zona testicular solo para pedirle un pucho suelto de 0,15 guitas. Era un buen tipo y sin duda un referente del barrio.
Para terminar este comentario que ya se ha extendido demasiado, solo puedo decir que considero que la muerte es una araña muy peculiar, que solo disfrutara comernos si al momento de atraparnos, nos encuentra enredados y paralizados irremediablemente en la telaraña de la rutina. Fisicamente no la gambeteamos, pero te aseguro que en esos momentos que nos olvidamos del mundo y reimos hasta las lagrimas con nuestros hermanos de la vida, le estamos tirando un caño.

Una abrazo.

Esteban

Anónimo dijo...

fue muy raro que se muriera.
raro triste


laser rojo y flash
magdalena

Anónimo dijo...

Tengo un nudo en la garganta. Me acordé de Padela (fue peluquero mio un tiempo) y tambien de Tatino, mi abuelo. Tal vez ahora estan los tres juntos, hablando de burros, mientras esperan la llegada de algún cliente nuevo.

Matías

Anónimo dijo...

Amigo mio, me siento como si me hubieran tirado un balde de rolitos adentro de la polera. Tengo algunas cosas que decir al respecto, primero que puedo confirmar que el nombre de la peluqueria era "La tijerita loca" y alguna vez hubo un cartel que lo gritaba a los cuatro vientos. Segundo, quisiera destacar la facilidad de conversación que lito poseía, cualidad no siempre presente en los peluqueros bonaerenses, y tercero y ultimo, no sabia que lito era Uruguayo.
Amigo, te acompaño en el sentimiento, sea cual sea el que te aborde, con perdon de la expresión y me retiro, dado que estoy escribiendo mas alla de lo prudente.
P.D.: Extrañaré esos caramelos de despedida.

Anónimo dijo...

Amigo mio, me siento como si me hubieran tirado un balde de rolitos adentro de la polera. Tengo algunas cosas que decir al respecto, primero que puedo confirmar que el nombre de la peluqueria era "La tijerita loca" y alguna vez hubo un cartel que lo gritaba a los cuatro vientos. Segundo, quisiera destacar la facilidad de conversación que lito poseía, cualidad no siempre presente en los peluqueros bonaerenses, y tercero y ultimo, no sabia que lito era Uruguayo.
Amigo, te acompaño en el sentimiento, sea cual sea el que te aborde, con perdon de la expresión y me retiro, dado que estoy escribiendo mas alla de lo prudente.
P.D.: Extrañaré esos caramelos de despedida.