31 de agosto de 2008

CAMINAMOS OTRA CALLE SIN HABLAR

Sigo con la vista un auto que dobla la esquina. Por la ventanilla sale volando una colilla de cigarrillo y ahora mi vista deja el auto y sigue el vuelo de la colilla que termina rebotando en el cordón y queda encendida en la vereda.

Ahora un puesto de diarios y una revista que asoma. Dice "por qué no dura el amor".
Eso y una florería: doce pesos la docena de fresias.

Silbo una melodía cualquiera y me acuerdo de que una vez me felicitaron por silbar en la calle. "Porque la gente ya no silba en la calle y antes, la noche estaba poblada de silbidos", me dijo. No digo quién para que no crean que estoy presumiendo (aunque esta también sea una manera de presumir).


Ahora voy a cruzar: si hubiera estado escuchando un tema de Jimi Hendrix toda esta crónica estaría mejor escrita. Ahora, un paso más y piso la colilla.


15 comentarios:

Anónimo dijo...

con mi hermanita escuchabamos siempre musica, como no se cantar, empezaba a silbar, en cualquier lado y momento. Marina siempre detesto eso, me pedia por favor q no lo haga mas.
ahora q ella vive en otro lado, deje de silbar... y no escucho tanta musica.

Anónimo dijo...

Muy linfo el blog, Juan Pablo Peralta
www.portaldelperiodista.blogspot.com

Anónimo dijo...

Cruzo una calle, observo un cartel, decía la tijerita loca, ahora no dice nada. Sigo caminando, pasa un auto importado, el lujo es vulgaridad le grito, me responden con un salivaso. Pega en mi zapato, soy un tipo de suerte. Un viejo camina lento, lo saludo. El me ignora. Escucho un aleteo, palomas vuelan. Escapo, no lo harán otra vez. Viene el 441, lo voy a tomar aunque no se si tengo monedas, American Wave solamente dice el cartel. Salgo para obras, me deben un libro.

PABLO U dijo...

Jajaja, ¿viste qué fácil que es?

MQDLV dijo...

Abro los ojos. Apoyo el pie derecho. Estiro los brazos, quiebro la cintura. Puteo por lo bajo. Voy hasta la cocina. Pongo agua a calentar. Sigo hasta el baño. Lo uso. Me cepillo los dientes. Vuelvo a la cocina. Me tomo un té. Me visto. Salgo camino al trabajo. La puta que vale la pena estar vivo, le digo a uno que, en pantuflas y silbando, pasa con un paquete que envuelve unas facturas de Pan Caliente.
Lo tuyo, Pablo: una capacidad de relatar lo cotidiano de forma que nos haga sentir que de verdad está pasando algo.

Joel Kotlar dijo...

Nadie le da bola a lo más importante del relato: ¡12 pesos la docena de fresias es un afano!

Anónimo dijo...

Muy bueno, tiene un aire Dolinesco y a mi me facina Dolina.
P.D.: por asesoría de tu padre, poné algún día la foto de la mina española (dijo que estaba buena).

Princesa Turquesa dijo...

yo compraría el libro de mati...

pd: mqdlv a ver cuándo nos vemos!

AYE dijo...

Coincido con Joel. Y si caminabas por Flores, con el precio de las fresias, ese barrio debería llamarse Palermo Flowers.
Besos.

PABLO U dijo...

Algunas respuestas:

Joel: A mí me pareció cara la docena de fresias, pero qué se yo, está todo tan caro. Por suerte ya no se usa regalar flores.
Aye: Tené cuidado, tu comentario de "Palermo Flowers" está provocando una especulación inmobiliaria en la zona. En este momento.
Mqlv: Hay dos maneras de creernos que en la vida está pasando algo, ésta y jugar a los Sims.
Iván: No sé a qué foto te referís, no sé a qué padre te referís y si lo supiera lo negaría (con esto quiero decir que tu comentario me puede traer algunos problemas en lo inmediato)

Saludos a todos!
Los quiero mucho.

Inés Lerda dijo...

Las fresias antes salían tres pesos muchachos. Y el boleto del bondi, 50 centavos. O sea, el amor costaba mucho menos. Bueno... hablando de Hendrix, me debés un disco que prometiste, no?

Anónimo dijo...

terrible confusión de blog, espero sepas disculpar las molestias ocasionadas, suena a disculpa de empresa ineficiente, ya sé, pero es la costumbre.
Saludos

Anónimo dijo...

Tu papá ... siempre el mismo baboso. Andá a saber a qué foto se refiere.
Hermoso el relato.
¿Quien dijo que no se usa regalar flores? En serio no se usa?!!!Ufa.
Besos
Tu madre

Princesa Turquesa dijo...

yo pensé que ahora que dominaba la poesía cotidiana, mati reclamaba un libro (al sistema?); Pablito ya me aclaró que no, que nada que ver, pero igual, yo lo compraría!

Meryl dijo...

yo también pasaba para decir que las fresias estaban un poco caras en tu relato, pero bue, ya me ganaron de mano! ufa!...